¿Cómo llegar a la meta con gozo? (Parte 4)
- Hupakoē
- 19 jun 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 20 jun 2019

¿Cómo debo prepararme día a día para llegar a la meta con gozo en mi corazón?
El Apóstol Pablo nos da una pauta de cómo debemos vivir diariamente, para que al final de nuestro días podamos terminar la carrera con gozo y dar testimonio de la gracia de Dios.
"Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." Hechos 20:24
En este texto, hay 4 puntos a destacar respecto a este tema:
"Pero de ninguna cosa hago caso"
"ni estimo preciosa mi vida para mí mismo"
"con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio"
"para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios."
Analicemos cada uno de ellos para encontrar la clave que tanto nos hace falta para vivir una vida llena de gozo y así, alcanzar ser un testimonio del Evangelio de la Gracia de Dios:
1. "Pero de ninguna cosa hago caso", dicho de otra manera, es tener dominio propio. Ésta es una de las cosas más complicadas para ser humano, ya que nuestra alma posee un gran número de emociones y sentimientos. Sin embargo, la Palabra de Dios constantemente nos recuerda que debemos ser imitadores de Jesucristo, y que a través de la guía y del Fruto del Espíritu, podremos tener un carácter sólido para que nada nos desvíe la mirada de alcanzar nuestra meta.
Si Jesús se hubiera enfrascado en la traición de Judas, o Esteban se hubiera sentido despreciado al darse cuenta que la multitud lo rechazó por las palabras que el Espíritu Santo le dio, ambos, se habrían desanimado, habrían bajado los brazos, perdido fuerza o desviado del camino. Sin embargo, ambos, decidieron no hacer caso del estorbo que el diablo quiso poner en sus vidas, eligieron perdonar, y orar, para que a aquellos que les fallaron, el Padre no les tomara en cuenta sus pecados.
Incluso, si José, el hijo de Jacob, hubiera hecho caso de todo lo que le pasó antes de ser el segundo al mando de Egipto, jamás habría avanzado, sin embargo, él también tomó la decisión de pasar por alto muchas situaciones en su vida, que al parecer lo ponían "de mal, en peor".
¡Cuán difícil es no hacer caso! de las trampas u obstáculos que encontramos en el camino
Muchas veces pensamos en detenernos ante la adversidad y dejar de seguir caminando, pero en realidad sólo debemos determinarnos en no hacer caso a ningún pensamiento, o acción que quiera frenarnos.
Nunca olvidemos que entre el pueblo de Dios no hay competencia. Cada uno va en un carril, avanzando a distintas velocidades, siendo un cuerpo en Cristo.
2. "ni estimo preciosa mi vida para mí mismo", Si escatimamos nuestras vidas como valiosas para nosotros mismos, creeremos que no tenemos necesidad de abstenernos de nada, de sufrir injusticias, o de padecer por amor a otros, pues estaríamos amándonos a nosotros mismos (egocentrismo), pero no como Cristo (dándose a sí mismo).
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 1 Corintios 9:25
Debemos correr con una plena convicción de que la carrera vale la pena, y debemos esforzarnos para "competir" legítimamente, y estar convencidos de que el abstenerse de algunas cosas, nos dará la victoria. En este verso aparece la palabra en griego "Agonizomai", que significa agonizar, y se refiere a cuando Jesús estuvo en el huerto y oraba previamente a ser crucificado, dando la idea de que sabía que en esa recta final de la carrera, tendría aflicción, pero estando convencido de agradar al Padre, terminaría de correr y llegar a la meta. Por lo tanto, abstenernos de muchas cosas, nos lleva a una lucha entre dar lugar a nuestra carne.
Si tenemos Dominio Propio y no nos dejamos dominar por las situaciones, o las emociones, o los deseos (de ninguna cosa hago caso), podremos sufrir penalidades, como buenos soldados de Jesucristo.
"Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado en servicio activo se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado. Y también el que compite como atleta, no gana el premio si no compite de acuerdo con las reglas. 2 Timoteo 2:3-5 (LBLA)
Si leemos con cuidado el verso anterior, veremos que no debemos enrolarnos en los negocios de la vida diaria, dicho de otro modo: no perdamos nuestro tiempo pensando en asuntos de la vida natural, sino que invirtamos tiempo, esfuerzos y recursos en lo que nos producirá vida espiritual, con tal de agradar a nuestro Señor. Esto no quiere decir que no debamos trabajar o estudiar secularmente, o tener una familia, se refiere a que no dejemos que el afán de la vida, las distracciones, obstáculos y trampas nos desvíen del propósito de agradar al Señor.
Por otra parte, también entendemos en esta cita anterior que debemos luchar o competir de acuerdo a las reglas que el Señor ha dado, tal como puede ser el amor, el perdón y la restauración; reglas o mandamientos que seguramente molestarán a nuestra naturaleza pecaminosa (por cuanto es más fácil hacer lo malo, que hacer lo correcto), pero que edificarán nuestro espíritu; lo cual significa crucificar nuestra carne, juntamente con Cristo. Si como hijos de Dios, no aprendemos a crucificar nuestra carne, jamás podremos ver o ejercitar el dominio propio, ya que para lograr frenar nuestros impulsos, requerimos ser templados (dominio propio) en nuestra manera de pensar y vivir.
Dicho en otras palabras "ni estimo preciosa mi vida para mí mismo" significa vivir una vida de sacrificio para el Señor.
3. "con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio", el Apóstol Pablo valoraba más el terminar la carrera de su vida y ministerio con gozo, que el disfrutar de los deleites temporales del mundo. El gozo es la clave con la que el Apóstol Pablo y otros hombres, además de Jesucristo pudieron soportar tantas situaciones.
4. "para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." El Vivir una vida, en la que decidimos no hacer caso al tropiezo o a estímulos que quieran desanimarnos, el vivir una vida de sacrificio, y experimentar el gozo en medio de la prueba con tal de agradar a Dios, lleva a una persona a ser un testimonio del evangelio de la Gracia de Dios.
Si viviéramos no respetando las reglas establecidas en la carrera, y haciendo lo que bien quisiéramos, no podríamos ser un testimonio, por el contrario, haríamos que el Evangelio fuera vituperado por causa nuestra.

¡El vivir con gozo en el corazón nos ayuda a pasar por alto tantas situaciones complejas de la vida diaria!
Espera la continuación de esta reflexión, ¡Dios te Bendiga!
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